Las bombillas de desinfección ultravioleta (UV) son una solución extremadamente eficaz para inactivar microorganismos en el agua. Se pueden utilizar para desinfectar el agua en diversos lugares, como lagos municipales o de hoteles, acuarios, piscinas y plantas de tratamiento de aguas residuales y potables. Se ofrecen en potencias desde 4W hasta 1000W, permitiendo diseñar sistemas de desinfección en instalaciones de diferentes tamaños.
En el pasado, el cloro se utilizaba principalmente en forma gaseosa o líquida para inactivar microorganismos peligrosos en el agua. Sin embargo, los niveles excesivos de cloro, por ejemplo en las piscinas, pueden provocar irritación ocular y problemas respiratorios. La tecnología UV no supone ningún problema para la salud humana y actualmente es una solución aceptada a nivel mundial para la desinfección del agua. Es capaz de cumplir con los rigurosos requisitos de desinfección de bacterias y virus, eliminando incluso patógenos como Cryptosporidium y Giardia .
Por lo general, las bombillas ultravioleta cuentan con un filamento metálico que proporciona un arco eléctrico que excita el vapor de mercurio. Excitar el vapor hace que se caliente, aumente la presión en el tubo y libere radiación ultravioleta.
La radiación ultravioleta puede penetrar las paredes celulares de bacterias, virus y protozoos y dañar permanentemente el ADN de estos microorganismos. Esto les impide reproducirse y provocar infecciones.
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